UN PAISAJE DEL EXTREMO SUR DEL DESIERTO CHIHUAHUENSE

• Nuestro semidesierto toma carácter gracias a su ubicación en la zona de sotavento de la Sierra Madre Oriental, donde los vientos aliseos son ya secos y cálidos. Su flora se hilvana con especies que fisiológicamente evaden, soportan o toleran la escasez de agua; esto se conoce como adaptación biológica.
• En este claustro, abierto al cielo y delimitado por construcciones en tres de sus flancos, denominado también “el solar”, se reconocen a los mejores modelos que la naturaleza ha seleccionado para el semidesierto, cuya interacción ha construido un mosaico de diversos matorrales xerófilos.
• Este espacio propicia una reflexión importante para nuestros usuarios, sobre uno de los procesos esenciales para el mantenimiento de la vida: la captura y transferencia de energía, es decir la fotosíntesis. A través de éste se construye toda la masa viva que vemos en las comunidades vegetales y sus compuestos fitoquímicos derivados.